PREMIO NAIDER CIUDAD TERRITORIO Y SOCIEDAD

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Santiago Cirugeda (Sevilla, 1971). Todo él es ACCIÓN y COMPROMISO, denominado como arquitecto atípico o agitador urbano, lo cierto es que trata en todos y cada uno de sus trabajos sanar las carencias urbanísticas que tienen nuestras ciudades y barrios.

Sus propuestas tienen un alto componente social y provocador, normalmente muy por encima de la audacia permitida. Por ello, Santiago pasa parte de su tiempo impartiendo charlas, asesorando y a pesar de estar presente en todo foro de debate sobre urbanismo sostenible que se precie, la demanda de proyectos no crece al mismo ritmo que su popularidad. Su arquitectura, inmediata, útil y portátil no es apta para todas las mentes. Santiago encarna como el mejor, los valores de riesgo, inconformismo y rebeldía que toda sociedad que se precie debe saber acoger en su seno. Santiago Cirugeda, el arquitecto de los excluidos.



Santiago, para situarnos ¿Cuáles son tus inicios?
Los primeros proyectos los hice hace 10 años con los vecinos del barrio de San Bernardo, en Sevilla. El Ayuntamiento prometió centros para ancianos, realojos… La negociación fracasó y decidí que había que intervenir sin esperar a los políticos. Coloqué contenedores de los de recoger los escombros con columpios, porque no había. Hubo denuncias pero se dieron cuenta de que con el permiso para tener temporalmente el contenedor podíamos poner en la calle columpios, bancos y árboles.

Muchos de tus proyectos tienen tanto que ver con el Derecho como con la Arquitectura.
Leer una ordenanza es un aburrimiento. Nadie lo hace. Pero si uno quiere involucrarse tiene que hacerlo bien. Hay quien me dice que ha intentado hacer algo en la calle y les ha caído un trompazo de la policía. También a mí las primeras veces, pero ahora voy con la ley por delante. Me han puesto varios juicios y los han perdido todos. No digo que la ley sea mala, digo que como ciudadanos tenemos que evaluarla continuamente. Pero ¿quién se ha leído la ordenanza de espacio público?, ¿tú sabes con certeza si puedes dormir en un banco de un parque?, ¿si puedes subirte a un árbol y quedarte allí una semana?
¿Te consideras un arquitecto estrella?
Antes que arquitecto me considero ciudadano, esa es la realidad.
¿Qué es para ti la sostenibilidad?
Que las cosas no se jodan antes de tiempo, que no pierdan la vida natural que tienen. Por ello, yo como arquitecto tengo el deber de poner en vida todo lo que está en standby.
¿Se ha convertido la sostenibilidad en una moda?
La palabra, por sobreusada, está vacía de contenido. Pero está claro que lo sostenible es lo que se mantiene con lo mínimo, lo que funciona bien. Socialmente, eso se ve en los barrios. Cuando uno se empieza a desarticular por falta de tranquilidad, por desigualdad de equipamientos, por absentismo escolar, por paro... hay cien indicadores que avisan: peligro a la vista.
Muchos pensarán que tienes un cierto horror al vacío.
No. No es una cuestión estética. Es que necesito que se usen las cosas. Siento urgencia por dar vida a las cosas que no la tienen y que deberían tenerla: un solar, un edificio vacío. Creo en el reciclaje de lugares tanto como en el de objetos.
¿Por qué hay tan pocos arquitectos socialmente ejemplares?
Porque no están claros los cauces. No sabrán cómo trabajar. Es más clara la estrategia de ganar un concurso que plantear un trabajo colectivo. En la escuela de arquitectura aprendes que una de las vías para trabajar son los concursos. Pero nadie se plantea que un concurso es tratar de solucionar con una pieza arquitectónica la ciudad que otros han inventado en un pliego de condiciones. Hay que plantear si hace falta un museo, no si va a ser marrón.
Tus propuestas son atrevidas, incluso a veces precisan de cierta audacia para ser contratadas ¿de qué vive tu estudio?

De hacer: conferencias, docencia y hasta alguna pequeña arquitectura. Alguna produce dinero, el 10% de lo que hago lo cobro.
¿Por ejemplo?
La ampliación del Museo de Arte Contemporáneo de Castellón: 12.000 euros. Sé que es poco. Pero es así. En Moratalaz vamos a hacer un vivero empresarial para gente que haya acabado la carrera. Les daremos una unidad y que ellos construyan lo que quieran. Yo colaboro con instituciones y a la vez hago proyectos ilegales. Los activistas acérrimos creen que estás perdido cuando te ven hablando con políticos. O cuando vas a una bienal de arte. Pero yo voy a todas las fiestas. En unas me porto bien. En otras no.


SUS OBRAS

ALQUILER DE AZOTEAS
Construcción de apartamentos prefabricados en azoteas, con permiso de las comunidades de propietarios, ya que se trata de azoteas no utilizados de las viviendas, para contribuir con su alquiler al pago de los gastos de la comunidad. Existen varios apartamentos hechos de este modo en diversas azoteas varias ciudades españolas.

SABANAS RIGIDAS
“Sábanas rígidas para la construcción camuflada de viviendas ilegales en las azoteas de edificios residenciales. Olvide sus miedos; hacemos proyectos ilocalizados con discreción absoluta, sistema de protección de testigos incluido”

AULAS DE AUTOCONSTRUCCIÓN
En los múltiples cursos prácticos impartidos, se han levantado numerosas estructuras realizadas entre los alumnos bajo el tutelaje de Santiago. En uno de ellos levantaron unas trincheras de sacos terreros rellenos de corcho en una terraza, estas estructuras servirán para que los alumnos las empleen, bien para la realización de talleres nocturnos, bien como espacio escénico o sala de exposiciones.

Arquitectura colaborativa: POR TODO LO ALTO
Construcción de un “vivero de empresas” llamado Talleres de Diseño ejecutado con técnicas constructivas secas y reversibles sobre la cubierta del edificio de la Escuela. Además de las zonas comunes necesarias, existirán seis espacios destinados alquilarse, durante un periodo determinado y a bajo coste, a antiguos alumnos de la Escuela, que estén decididos a trabajar como profesionales independientes. Estos espacios serán sus oficinas, ó como se denominan en este sector, sus estudios.

MOBILIARIO ALEGAL


Fuentes: Recetas Urbanas, El País y Ecosistema Urbano.




D. José Angel Cuerda Montoya. Vitoria-Gasteiz 1934. Abogado. Durante los 20 años que estuvo al frente del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz consiguió movilizar a toda una ciudad en el proceso de construcción de una sociedad abierta y solidaria. Configuró su ciudad sobre un modelo de desarrollo sostenible y equilibrado, logrando una transformación radical de la misma y aupándola a las primeras posiciones en calidad de vida, urbanismo, sostenibilidad ambiental e inclusión social. Su labor ha sido reconocida a nivel internacional y Vitoria-Gasteiz sigue siendo hoy día ejemplo de referencia en la construcción de la Ciudad del futuro. Hoy día, continúa implicado en los avatares de su ciudad a través del Consejo Social y es miembro activo de numerosas organizaciones no gubernamentales del País Vasco.

Jose Ángel Cuerda Montoya (Vitoria-Gasteiz, 1934) fue el primer alcalde de Vitoria-Gasteiz de la democracia. Elegido por sus conciudadanos durante cinco legislaturas consecutivas (de 1979 a 1999) protagonizó el proceso de transformación de una ciudad que se ha convertido en ejemplo de desarrollo sostenible urbano impulsado desde las instituciones locales.

El ex alcalde gasteiztarra ha sido pionero en ámbitos que han permitido a la capital vasca liderar durante años los rankings europeos de crecimiento económico y calidad de vida desde el respeto ambiental de su entorno. En el aspecto vecinal, Cuerda contribuyó a la creación de un tupido tejido social en la ciudad basado en una red de equipamientos socio-culturales y deportivos de primer orden, encarnados en la figura de los Centros Cívicos.

Para Cuerda, el crecimiento urbanístico se concibe por y para los ciudadanos. La rehabilitación integral del casco urbano medieval de la ciudad, la configuración armónica de nuevos espacios para impulsar el desarrollo económico o la creación de un nuevo campus universitario son sólo algunos ejemplos de iniciativas llevadas a cabo por un alcalde que supo ganarse el respeto y la confianza de todos sus conciudadanos, independientemente de las siglas políticas defendidas por unos u otros.
Asimismo, la solidaridad y la vertebración e integración de todas las clases y sectores sociales de la ciudad fueron también ejes claves que impulsaron la labor de este político vasco, al liderar la lucha contra la discriminación y en favor de la inclusión social de los colectivos y personas menos favorecidas. Y no sólo para sus ciudadanos, sino también para los de otros países menos desarrollados, al participar en proyectos internacionales de cooperación municipalista de desarrollo socio-económico.

José Angel Cuerda fue el primero de nuestros políticos que se persuadió de la importancia de la variable sostenibilidad y la convirtió en su auténtica ideología construyendo una ciudad amable, generadora de oportunidades económicas, ecológicamente comprometida y socialmente equilibrada. Un mensaje, una forma de hacer las cosas y de entender la política que continúan siendo las claves identitarias del proyecto cívico que es Vitoria-Gasteiz.

Tras su retirada del consistorio vitoriano, José Ángel Cuerda no ha cedido ni un ápice en su carácter emprendedor y de trabajo para la comunidad. No es el mayor profeta en su tierra vasca pero recorre media España ofreciendo seminarios y participando en debates auspiciados por instituciones, partidos políticos y organizaciones sociales de primer nivel. Intelectual incansable, es profesor de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del País Vasco y de la facultad de Sociología de la Universidad de Deusto.

Una parte creciente de su tiempo y de su capacidad lo dedica a colaborar con colectivos marginados y excluidos de nuestra sociedad. Destacan la ONG ONARTU, volcada en la integración de los inmigrantes que recibe la ciudad; el Proyecto BIZITZA BERRIA, de apoyo a los sin-techo vitorianos, la Fundación FIARE, desde donde impulsa un proyecto de banca ética; así como con PAZ Y TERCER MUNDO. También es miembro de diversas organizaciones sociales y culturales como la Sociedad de Estudios Vascos, Eusko Ikaskuntza; la Fundación Fernando Buesa y, por supuesto, el Consejo Social de la Ciudad, del que fue elegido presidente por unanimidad de sus miembros y desde el que sigue enganchado a los temas municipales de su estupenda ciudad.



En los últimos años se ha impulsado un movimiento muy fuerte de municipios comprometidos por promover la sostenibilidad desde lo local y Vitoria-Gasteiz además fue uno de esos ayuntamientos pioneros. Hay quien dice que las ciudades son insostenibles por sí mismas, que ciudad y sostenibilidad son dos términos incompatibles entre sí. ¿Crees realmente que puede existir una ciudad sostenible?
La sostenibilidad es el nuevo paradigma transformador de nuestra forma de ser y de estar en el mundo, de nuestra manera de pensar y de actuar, y la ciudad es una creación colectiva e histórica en respuesta a cómo vivir juntos y alcanzar juntos nuestro bienestar. La ciudad sostenible es así ese horizonte anhelado hacia el que tenemos que avanzar tratando de superar en cada momento sus grandes contradicciones sociales, económicas y ambientales.

Quizá conozcas el libro “Las ciudades invisibles”, de Italo Calvino. Tomando como pretexto una supuesta visita de Marco Polo al emperador Kublai Kan en la que le cuenta las maravillas que ha encontrado en sus diferentes viajes, el autor describe una serie de escenarios idealizados de la forma de vivir en comunidad más avanzada que tenemos los seres humanos, las ciudades. Son retazos, reflexiones e ideas del autor sobre mundos posibles pero imaginarios. ¿Cómo es la ciudad que sueñas o imaginas? ¿Qué características tendría? ¿Alguna ciudad se acerca a esas condiciones?
Todos hemos soñado o imaginado una ciudad ideal. Calvino escribió sobre la ciudad “invisible”, y Cotino sobre la ciudad “imprevista”; Olives nos habla de la ciudad “cautiva” y Borja de la ciudad “conquistada”. Y Richard Rogers (Premio Pritzker de Arquitectura 2007) nos aporta su versión de ciudad ideal: la “ciudad sostenible”, esto es, una ciudad justa, bella, creativa, ecológica, que favorezca las relaciones, compacta y policéntrica, diversa,…

Hablemos un poco del papel de los responsables políticos, papel que has desarrollado además durante años. Especialmente a nivel local, es importante ejercer un fuerte liderazgo para impulsar procesos de cambio. ¿No crees que ese liderazgo ilusionante es algo que echamos en falta en muchos niveles de la gestión pública?
Para avanzar hacia la ciudad sostenible es preciso utilizar adecuadamente los instrumentos que la ciencia, la tecnología o la economía nos ofrecen, pero es fundamental alumbrar una nueva ciudadanía y propiciar una nueva forma de gobernar en todos los niveles. Y es esencial que el Gobierno local realice una función de liderazgo colectivo de la ciudad en la promoción y gestión de políticas públicas dentro de los cánones de la gobernanza, sosteniblidad y subsidiariedad; un liderazgo omnicomprensivo ejercido como “poder cooperativo” (Daniel Innerarity), es decir, como gobierno relacional, transversal, coordinado y promotor de una nueva cultura organizativa y de solidaridad.

Siguiendo con temas municipales. En los últimos meses la corrupción, vinculada principalmente al urbanismo, ha ocupado muchos titulares. ¿Cómo es posible que una sociedad democrática permita, con el consentimiento implícito de la mayoría de la población, situaciones flagrantes de corrupción, que genera además procesos de deterioro ambiental y de desigualdad social?
Creo que hay esencialmente un profundo déficit de ciudadanía, de ciudadanía crítica, participativa y responsable. En gran medida el ciudadano ha optado, o se ha convertido de hecho, en usuario, cliente o consumidor de bienes y servicios públicos o privados, renunciando a su poder político permanente. Su voto, esencial en democracia, se diluye en la urna y es absorbido de forma absoluta por los partidos políticos convertidos, las más de las veces, en aparatos electorales con sus funcionarios ocupando los puestos políticos de responsabilidad. Y en gran medida, me parece, que las fuentes de información para el ciudadano, o son pura propaganda política o están controladas por medios de comunicación en íntima conexión con los poderes políticos. Así la democracia se empobrece y degrada, y la política se crispa y envilece.
Has hablado alguna vez de la banalización de nuestra sociedad y tiene mucho que ver con el modelo de ciudad que propones, que busca un sentido de profundidad en la experiencia de vida en común que es la ciudad. Las formas de ocio, el tipo de cultura, el tipo de movilidad, el tipo de relaciones sociales,….¿dónde percibes esa banalidad?
La ciudad es el escenario de una forma de vida regida en gran parte por una ideología neoliberal, mercantilista, culturalmente homogeneizante y transgresora de toda clase de límites. Se propicia, o se genera de hecho, un individualismo egoísta e insolidario, un consumismo compulsivo en respuesta a necesidades creadas artificialmente por una publicidad asfixiante. El automóvil es el icono de esta sociedad urbana y capitalista, y se fomenta una cultura mediática intrascendente y alienante, convirtiendo a casi todas las cadenas de televisión en auténticas “armas de cretinización masiva”. Y así nuestras ciudades se convierten en archipiélagos urbanos producto de la indiferencia, el desinterés o el rechazo hacia los que no están en mi isla familiar, cultural, religiosa o económica.
Es posible que no existan soluciones mágicas pero, ¿crees que existen vías de solución de este tipo de fenómenos. ¿Quizá por la vía del control y la participación ciudadana? ¿Qué papel ha de jugar la ciudadanía en la toma de decisiones públicas?
Creo que la estrategia clave está en la educación, en la educación en todos los niveles, en todas las edades y en todos los ámbitos y espacios públicos. A ser persona se aprende, a ser ciudadano se aprende, y se aprende durante toda la vida. La educación nos enseña a vivir juntos, iguales y diferentes, libres y responsables, autónomos y solidarios. La educación, como aprendizaje continuo y permanente, es, como nos enseña María Novo, un instrumento de empoderamiento social de los más débiles y una estrategia para el cambio hacia una sociedad más justa a nivel local y mundial. La ciudad, como espacio complejo, diverso y multidimensional de convivencia, es el espacio, el territorio, de la educación como elemento esencial de un proyecto global y colectivo de ciudad sostenible y democrática.

¿A qué se dedica una persona tan implicada en los asuntos públicos, los asuntos de todos, una vez que deja la política? Seguro que sigues manteniendo una intensa actividad en la universidad, en el trabajo con colectivos sociales,…
La política no se deja nunca, sólo se dejan los puestos políticos. Una persona “apolítica” no es un ser inocente sino un ser inútil. Personalmente creo en el “deber de devolución” a la sociedad. Esta sociedad nos ha dado mucho a mi y a mi familia y en esta etapa de mi vida estoy tratando de devolver una parte de aquello que me han dado, colaborando en aquellas áreas en las que creo que puedo aportar algo.
Una última pregunta sobre la normalización política y democrática de nuestro País Vasco. ¿Qué papel que debe jugar la sociedad en la construcción de un auténtico proceso de paz y reconciliación?
La paz es el fin previo y condicionante de todos los demás fines políticos en una sociedad. El principal proyecto felicitante es alcanzar una convivencia amable, respetuosa y solidaria. Trabajar por la paz es trabajar constantemente por la justicia, la equidad, los derechos humanos, la igualdad, o lo que es lo mismo, por la expansión de las libertades reales (Amartya Sen), y esto es un derecho y un deber de todos desde la responsabilidad de cada uno.